Publicado originalmente en Consultoría Artesana en Red.
Poco a poco sigo dándole vueltas a lo que van a ser estos tres próximos años con el doctorado a cuestas. De momento el centro de la diana se mueve en torno al título de este post: innovación en bicis de montaña. ¿Eso en que se traduce? Pues en un análisis de cómo los diferentes agentes que intervienen en la cadena de valor contribuyen a innovar, sea en producto, proceso o lo que sea.
Es casi seguro que el foco acabará colocado en la innovación proveniente del usuario, sobre todo porque desde la óptica de innovación abierta es lo que más hemos trabajado desde MIK. Nuestro enfoque de empresa abierta o el proyecto OpenBasque siempre han mirado a lo que pasaba «fuera» de las organizaciones. Y ahí, en ese mundo exterior, quienes usamos bicis de montaña somos parte obligatoria de la ecuación para innovar.
Hace unos meses publiqué un post a partir de una conversación con Amalio Rey en Zarautz. Como quiera que él está enfrascado en un faraónico (con el mayor de los cariños el adjetivo) proyecto alrededor de la inteligencia colectiva, yo intenté analizar lo que estaba pasando en un lugar muy concreto donde un grupo de personas interactúan: un hilo de conversación en Internet en foromtb dedicado a la nueva Orbea Oiz. Este foro está siendo para mí una manera muy concreta de evidenciar que los usuarios tienen mucho que decir… ¡y lo dicen, vaya si lo dicen! Ya van 11.200 mensajes en ese foro.
Pero los usuarios son solo un vértice del teórico triángulo donde los otros dos vértices tendrían que ver con la distribución (a través de sus diferentes canales, pero con una mención muy particular al rol de la tienda tradicional) y con las marcas. Estos tres agentes, usuarios, distribuidores y marcas, se necesitan porque cada cual observa el mercado desde una atalaya particular. Y no queda otra que andar rápido buscando dónde se aporta valor para hacer evolucionar productos y en general todo lo que rodea a la oferta relacionada con la bicicleta de montaña.
Para mayor complejidad, hay que tener en cuenta que las marcas, aunque muchas de ellas vendan tecnología y capacidad de innovación en producto debido a su rol de diseño y fabricación, lo hacen con un producto que es la suma de otras muchas marcas: Shimano, SRAM, Hutchinson, Magura, Mavic, Fox, Rock Shox y una ingente multitud de proveedores relacionados con cada uno de los componentes de una bici. La marca mira al mercado, debe entenderlo y captar tendencias, y al tiempo gestionar muy bien toda la logística de montaje y distribución. La marca, sí, es… ¡cada vez más marca! Mientras cada agente que interviene tiene que resituar su papel a medida que los hábitos de consumo y hasta de producción se modifican.
Las gamas de bicicletas surgen cada año vendiendo la moto de que han dado con el producto único e irrepetible. Prometen experiencias cumbre a sabiendas de que un año después tendrán que volver a decir lo mismo. Así está montado el chiringuito. Mientras, los usuarios se montan sin rubor en la dinámica de estar a la última. Una dinámica a veces perversa pero que nadie cuestiona. Se vive de promesas de innovación disruptiva, al menos si hacemos caso a la comunicación que acompaña el lanzamiento de los nuevos modelos. Es lo que hay. Y ahí vamos a hurgar. Tres años por delante. Será en mtbinnovation.com. Permanezcan atentas a sus pantallas.
