Ya sabéis, por lo que hemos escrito aquí más veces, que el MTB es un sector con una segmentación de usuarios bestial. Lo que empezó siendo un producto universal para dar pedales fuera de la carretera asfaltada se ha convertido en un sinfín de diferentes productos enfocados cada cual a un tipo de práctica del MTB. Así, tenemos bicis de rally o cross country, maratón, trail, all mountain, enduro, freeride, descenso o dirt. Y ojo porque surgen nuevas modalidades como las que ofrecen las fat bikes o el emergente mercado de las que llevan asistencia al pedaleo.
En esta misma línea, es curioso cómo los medios especializados van adelantándose de alguna forma a este fenómeno de la microsegmentación. Si ya hay revistas enfocadas al enduro o a las eléctricas, me ha resultado curioso que un gigante como MotorPress Ibérica haya lanzado el primer número de Bicifácil. En el editorial su director, Juanma Montero, apunta a un mercado de practicantes «básicos» que tienen que aprobar la EGB (educación general bicicletística). Bike queda como revista para gente con nivel y para los torpes (dicho con todo el cariño y donde, por cierto, me incluyo) lanzan Bicifácil.
Desde luego que esta propuesta de desplegar oferta especializada (Enduro o eBike) pero también dirigirla al usuario de cierto nivel técnico (Bike) y dejar hueco para los más torpes (Bicifácil) es una curiosa apuesta. ¿Hay mercado en las revistas de papel para tanta oferta? Quizá son solo medios para un fin: que el mercado siga creciendo desde ópticas complementarias.
El caso es que ya no hay un usuario de MTB. Bueno, sí, es el que compra una bici todoterreno (como diríamos antes) al más puro estilo de lo que fueron los orígenes: un producto básico para salidas sin mucha exigencia. Pero lo que se desarrollan ahora son nichos de mercado que buscan personalizar la bicicleta. No, ya no hay bikers que practican MTB; ahora hay que distinguir qué vas a hacer con esa MTB. Dime cómo la vas a usar y te diré cómo tocarte la fibra sensible. Porque no siempre es la misma. Marketing, para qué te quiero 😉
