Bueno, vacaciones a un lado, volvemos a pedalear en nuestra ruta hacia el doctorado. Ya sabéis que abrimos en su día este blog con el ánimo de que nos sirviera para disponer de trazabilidad de todo el largo camino. Ya que no podemos usar GPS y descargar luego el track, decidimos que la publicación periódica de posts nos serviría para visualizar el largo trayecto hasta la defensa de la tesis.
A partir de la semana que viene publicaré los martes y los jueves, en vez de lunes y viernes, como he estado haciendo el curso anterior. Así, lunes, miércoles y viernes serán los días en que mi otro blog, el de toda la vida, tendrá sus actualizaciones.
Esta primera temporada ha servido para redactar la memoria del proyecto de investigación y defenderlo ante el tribunal. Eso sucedió el pasado 28 de junio. El tribunal se portó de maravilla y nos puso un 9,7 de nota, lo cual nos llena de orgullo y satisfacción. Pero lo que importa es mirar hacia delante, hay que planificar próximos pasos y como decíamos en el último post antes de las vacaciones, transformar esa memoria en un documento de tesis, con su trabajo de campo bien organizado.
Tengo que interiorizar las recomendaciones que me hizo el tribunal y lanzar la fase de entrevistas para ir recogiendo información. Pero antes debo diseñar bien lo que quiero obtener de esas entrevistas. Hay que leer algunos papers sobre investigación cualitativa y ponerse enseguida manos a la obra. En breve os voy dando detalles.
Por cierto, ha sido este un verano con mucho trabajo de campo. Jeje, me refiero a dar pedales con la bici. Pudimos recorrer la TransIberia al completo, 1.700 kilómetros y más de 30.000 metros de desnivel acumulado para unir por pistas, senderos y carreteritas Sagunto y Oporto, la península de este a oeste. Una experiencia estupenda pedaleando sobre la Orbea Oiz, esa bici que es la disculpa para esta tesis doctoral. Así que, por exigencias del guión, no ha quedado sino pedalear para «sentirnos» un auténtico «heavy user» de semejante artefacto 😉