Cuando me paro a pensar en quienes comparten sus experiencias alrededor de la Orbea Oiz en el foro que sigo de cara al doctorado, no puedo sino pensar que esta gente está un poco loca loca perdida. Porque es difícil llegar a entender el vínculo que establece cada cual con su bici. En mi memoria del proyecto de investigación hurgué en ello acudiendo a la idea del extended self. Sí, nuestro yo se proyecta, se extiende a través de diferentes objetos (cada cual eligimos el nuestro) y uno de ellos es esta puñetera bici. No me cabe duda alguna.
¿Por qué cuento esto? He terminado de leer Por amor al ciclismo. Diría que es casi un «clásico» entre quienes leen sobre el ciclismo. Ainara Hernando, periodista vinculada al sector, es su autora y en la contraportada se puede leer:
¿Qué eran los grandes campeones antes de ser grandes campeones? Eran niños, adolescentes, jóvenes enamorados. Locos de pasión por la bicicleta. Y ha sido precisamente ese amor desaforado el trampolín, la palanca principal que los ha llevado a la cima del deporte más hermoso, romántico y arrebatador que existe. Un trampolín en el que también se mecen, sin llegar tan arriba pero con un gozo parecido, centenares de miles de practicantes.
Pues creo que da en el clavo. Ainara ha escrito sobre un lado particularmente humano de diez figuras del ciclismo de carretera. Se ha documentado y ha construido unas biografías que explican por qué y cómo han podido llegar a donde han llegado esos tipos. Y algo parecido siento respecto a quienes participan en el foro. Tendrán detrás unas circunstancias vitales particulares que explicarán por qué la bicicleta ha llegado a ocupar semejante lugar en sus vidas. Cada cual diferentes. Pero todos llegando a un mismo destino.
El libro es una colección de historias en torno a Cadel Evans, Óscar Freire, Chris Froome, Chris Horner, Vincenzo Nibali, Nairo Quintana, Joaquín Rodríguez, Peter Sagan, Rigoberto Urán y Alejandro Valverde. Una para ciclista. Cada cual con una ambientación única. Un libro bonito y bien escrito. Unas historias curiosas y enternecedoras. Sí, me ha gustado. Lo he vinculado con la gente del foro, héroes más anónimos pero con el mismo «amor por el ciclismo». Así que aquí un pequeño reconocimiento 🙂