Uno de los aprendizajes que obtienes a medida que la tesis doctoral avanza y cargas con más información la mochila, es que el sector de la bicicleta de montaña es un lío. Lo digo en plan coloquial porque me parece que no hay mejor expresión para describirlo. Escribo esto a cuenta de una discusión que ha surgido en el hilo de discusión de la Orbea Oiz en foroMTB. Tiene que ver con quienes sufren un problema con el producto y deben echar mano de garantía o tienen que enviar un componente para repararlo con el proveedor que corresponda. Es entonces cuando emerge el lío del que hablo.
Los factores que nos abocan a este lío son, para mí, los siguientes:
- El fabricante (la marca que decide fabricar) es, sobre todo, un montador de componentes porque la bici es la suma de muchos y cada cual es hijo de su madre y de su padre.
- Algunos proveedores de componentes tienen más poder que el fabricante por lo que la presión que este puede ejercer sobre ellos es mínima.
- La persona usuaria final, la que compra la bici, vive obnubilada por la variable barato barato barato, esto es, quiere precio y no valora el servicio añadido que podría estar detrás de algo no tan barato.
- En gamas medias y altas se tiende cada vez más a la personalización por lo que los acopios se tensan sobremanera lo que da lugar a que en caso de problema con el producto, la reposición de un determinado componente pueda ser complicada.
- La garantía de producto «global» es una entelequia por cuanto ese producto no es «uno» sino una suma de unos cuantos, cada cual afectado por circunstancias diversas.
- La relación tienda-fabricante es fundamental pero la tienda «física» vive amenazada por el canal de venta online, algo que los usuarios cada vez usan más y donde la experiencia de compra es, en muchos casos, mejor.
¿Qué?, ¿no es un lío? El caso es que cuando el producto no da problemas, todos estos potenciales quebraderos quedan escondidos. La marea de las ventas y el éxito los tapa. Pero cuando hay problemas y hay que empezar a bucear en las revueltas aguas del sector MTB, entonces es cuando caerás en la cuenta del lío en que nos hemos metido. Así pues, suerte 🙂
La imagen es de William en Flickr.
Yo concibo la compra online en este ámbito como una operación «a fondo perdido». Si sale bien, genial y si no… estás jodido.
Para los que aprendimos hace más de una década a comprar los primeros gadgets en páginas chinas, era evidente que no había vuelta atrás. Aunque tuvieras garantía, el coste del envío superaba el del propio producto.
Y ahora… pues casi igual. El que se compra un manillar de carbono chino, se merece todo lo que le pase. Desde perder el dinero hasta romperse la crisma en una bajada.
Siempre he dicho que la mejor bici es la que vende el tendero de tu barrio.
Quizá haya que distinguir entre la compra de riesgo que va a bajar peso a precios peligrosamente ridículos (algo así como una compra con cierto grado de inconsciencia) de la que puedes llevar a cabo en Amazon para casi cualquier componente que se te ocurra. Amazon ha dado un golpe sobre la mesa con su política de devoluciones. No te va a plantear ningún problema -de momento- si desistes. De hecho hay que está comprando para testar y luego devuelve. Habrá que ver cómo paran esto pero por ahora, en general, la experiencia de compra en Amazon quizá esté mejor valorada que la que llevamos a cabo en muchas de las tiendas físicas.
Tema para unas cuantas tesis doctorales, pero no la mía jejeje