El hecho de usar la observación participante en la investigación obliga metodológicamente a ser si cabe más riguroso, no hay duda. Me refiero a que los datos que se extraen deben pasar varios filtros. Nos movemos en el plano de la investigación cualitativa (con apoyo puntual cuantitativo). Por eso en nuestra investigación desplegamos diversas técnicas:
- Conversamos como un miembro más en el hilo de discusión de la Orbea Oiz.
- Registramos mensajes destacados categorizándolos en una hoja de cálculo.
- Realizamos análisis masivo de texto y tratamos los datos a partir de su registro en una base de datos de más de 40.000 ítems (cada mensaje = un registro).
- Entrevistamos a usuarios destacados del hilo y a profesionales de Orbea.
- Aplicamos un cuestionario online que ha sido contestado finalmente por 72 personas.
- Llevaremos a cabo un taller presencial el próximo 11 de septiembre.
Todo lo anterior refleja en cierta forma mi obsesión por disponer de diversas fuentes. Y es que frente a la fría analítica derivada del análisis estadístico único (toda una tentación cuando puedes volcar todos los datos de forma automática) hemos elegido una vía mucho más antropológica y social: la observación participante. Cuando comento esto de disponer de varias fuentes es porque, sí o sí, hay que triangular la recogida datos. No sirve, desde mi punto de vista, con entrevistar. Necesito incorporar información de diferentes maneras.
Desde luego que las entrevistas son una herramienta poderosa en la investigación cualitativa pero también es cierto que hay que saber hacerlas. La observación participante te conduce al riesgo de estar contaminado y por eso hay que aplicar rigor. La empatía necesaria en la entrevista no debe impedir que quien investiga haga su trabajo a conciencia. Es cierto que, según en qué momento de la entrevista, hay que jugar fino en el continuo cercanía-lejanía para superar barreras cuando conviene y para asegurar respuestas argumentadas desde la lógica. Un juego complicado.
Por eso, por la complejidad de las entrevistas en un contexto de observación participante, es por lo que intento desplegar otras herramientas de captura y análisis de la información. Sin embargo, cada una de las seis vías comentadas en el primer párrafo de este artículo tiene sentido en sí misma y creo que serviría como método, siempre que se usara con el máximo rigor. Nosotros, para asegurarlo, combinamos diversas técnicas en nuestro metodología.
Este es uno de los aprendizajes que estoy obteniendo en la investigación: si participas en la observación debes conseguir, a la vez, cercanía y distancia, razón y emoción. Y las distintas técnicas ayudan a manejar las dos partes del binomio.
La imagen es de Michael Coghlan en Flickr.
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