Reunión de la Asociación TransAndalus

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Entre mis diversas actividades alrededor de la bici de montaña una a la que le tengo especial cariño es la que tiene que ver con la TransAndalus. El 15 de julio de 2009 comencé a recorrerla y pude terminar sus más de 2.000 kilómetros dos años después, en la semana santa de 2011, en concreto el 27 de abril de ese año (y en curioso sitio, por cierto). Salí de Antequera, en Málaga, e hice la ruta en varios tramos hasta llegar a ese mismo lugar del que partí. La experiencia fue de las mejores que he tenido y todavía creo que algún día la haré de nuevo, pero ¡de seguido! Tiempo al tiempo.

La TransAndalus es una ruta de bikers para bikers. El concepto es sencillo: gente que andaba en bici de monte por distintas zonas de Andalucía se pudieron poner de acuerdo para diseñar una ruta perimetral por todo el territorio andaluz aprovechando la riqueza de sus espacios naturales y su diversidad. Con un criterio básico: siempre que se pueda al margen del asfalto. Para ello se sirvieron de Internet como herramienta de coordinación (la que había hace 15 años) y poco a poco el proyecto fue tomando cuerpo. La idea provenía de Juan Manuel Muñoz Luque y de Antonio Abellán, a quienes se suele referir como padres de la criatura (y en la actualidad enfrascados en su particular proyecto: gravel café). Fue retomada por Fran Cortés, quien de facto es el coordinador de esta maravilla.  Por supuesto, hay más gente en el lío. Mientras escribo esto la web está en pleno proceso de renovación y en breve tendrá un lavado de cara espectacular.

Explico lo anterior porque este fin de semana tenemos reunión de la asociación en Cortegana, en la sierra de Huelva. Ya veis, yo que vivo en Bilbao, soy miembro de la TransAndalus. La geografía no impide estas cosas. Ni las impedirá. Más o menos cada año tenemos reunión. Es un momento para charlar con colegas sobre el proyecto, compartir unas risas y disfrutar, en su más amplio sentido, del reencuentro anual.

En la tesis doctoral una de los elementos recurrentes es la necesidad de entender la cultura ciclista. Las personas usuarias conforman un conglomerado de muchas tribus con muchos matices. Esta diversidad complica el vínculo entre marca y usuario pero al mismo tiempo lo hace más interesante de analizar. Alrededor de la TransAndalus se mueve un conjunto de usuarios muy peculiar, vinculados a la bicicleta de montaña desde perspectivas diversas. Es una riqueza que conviene poner en valor: la diversidad conduce a un consenso básico muy relevante.

Bueno, ya que estoy ahora mismo de camino a Cortegana no quería dejar la ocasión de publicar en este blog del doctorado un pequeño reconocimiento a quienes han hecho posible esta ruta. Y sí, aparecerá en la página de Agradecimientos de la tesis, cómo no 😉

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