No hay duda de que el mercado de MTB vive momentos de revolución de la mano de la irrupción de los motores y la asistencia al pedaleo. No ya solo porque entran nuevos agentes en el sector (los casos de Bosch y Yamaha serían quizás los más llamativos) sino porque el producto en sí cambia en la valoración de sus costes. Frente a un bici sin motor donde cuadro, transmisión y ruedas, además de las suspensiones, constituyen los elementos de coste fundamentales, en la bici eléctrica el motor y la batería se llevan la palma.
Si miramos a la innovación de usuario, ¿aquella persona apasionada por su MTB va a entrar en el mismo juego de toqueteo con una bici eléctrica? Gran parte de la innovación que procede de los usuarios lo es porque hay gente enganchada a la bici como fin en sí mismo. Rinden culto al objeto bici y disfrutan salseando con todo lo que la rodea. Potenciado eso por foros de discusión en Internet, el caldo de cultivo es ideal para que surjan inventos. Más o menos radicales, pero inventos.
En la e-MTB aparecen, como decía, el motor y la batería. Parece evidente que se puede salsear alrededor de estos nuevos componentes pero creo que las regulaciones van a ser mayores. En un vehículo a motor clásico (coche o moto, por ejemplo), las repercusiones de modificar algo en la maquinaria puede que sean palabras mayores. Es evidente que siempre se han trucado motores pero parece que esta actividad se aleja del clásico enamoramiento de los mecanismos asociados a una bicicleta.
Sin embargo, el dopaje tecnológico ya ha aparecido, como no podía ser de otra forma. De momento con algunos casos sonados que aún no han alcanzado al mundo de los equipos profesionales, pero a saber qué puede suceder en la loca carrera por ganar como sea. Por otra parte, con la regulación actual la asistencia al pedaleo desaparece en la bici en caso de superar los 25 kilómetros por hora. Y ahí se manifiesta la gran tentación para trucar ese límite. Por supuesto que ya hay oferta en el mercado para saltarse la norma.
En fin, solo quería compartir la reflexión de que la innovación que procederá del usuario de una e-MTB será diferente, por decirlo de manera sencilla. Puede que no apliquen los mismos principios que a las bicis convencionales por la irrupción de las nuevas tecnologías vinculadas al motor y la batería. Habrá que ver cómo evoluciona todo este pastel, porque ahora mismo el mercado está muy complicado tanto en cuanto a producto como en cuanto a mercado. Tiempo al tiempo, aunque el fenómeno ya está aquí. Las ventas lo confirman.
La imagen es de Ciclismo Italia en Flickr.