Algo que a estas alturas de tesis tengo muy claro es que las opciones para trabajar con personas usuarias de cara a innovar son muchas. Básicamente surge de combinar tres variables: el ámbito en el cual se quiera innovar, el para qué y la diversidad de perfiles de usuarios. Vamos a hacer un pequeño inventario de opciones teniendo en cuenta estas dos variables.
En el primer caso, la innovación (un concepto, por cierto, que admite en sí mismo un rango considerable de propuestas) puede poner el foco en:
- producto (nuevo o actualización de uno ya existente)
- tránsito de producto a servicio
- tránsito hacia experiencia
- organización
- procesos
- puntos de contacto marca/usuario
- distribución y relación con tienda en general
- venta
Una segunda variable tiene que ver con el para qué innovar. Y aquí la lógica nos dice que puede ser para:
- definir prioridades, esto es, acordar en torno a qué se debe trabajar
- codiseñar
- cocrear, pasar de la teoría a la práctica hasta convertir el diseño en producto, servicio o experiencia
- evaluar cualquier aspecto sobre el que se necesite feedback
- comunicar (difundir con intención de influir en los comportamientos de los usuarios)
Pero a este enfoque hay que sumar otra variable: las personas usuarias no conforman un colectivo plano y homogéneo. Si hablamos, por ejemplo, del MTB y su versión de bicis de doble suspensión enfocadas a Cross Country (XC), podemos distinguir usuarios distintos respecto a:
- Su sensibilidad y posicionamiento frente a la marca
- Su sensibilidad al precio
- El vínculo con el producto (extended self)
- El grado de exposición a moda
- El gusto por la experimentación
- La importancia concedida a la estética
- La orientación a rendimiento
- El grado de tolerancia a la frustración
- El grado de conocimiento tecnológico
- El background personal
Ya citamos estas variables en un post que escribimos hace ya más de un año, pero ahora, al combinarlas con el «para qué» no hay duda de que abocan a herramientas diferentes. En general, la simplificación más útil para echar a andar la colaboración con usuarios es la de pensar en (1) evaluar (2) aspectos relacionados con desarrollo de producto con (3) usuarios que sean «finos» técnicamente, esto es, capaces de traducir modificaciones tecnológicas en cambios de comportamiento de la bici.
Por aquí anda el epicentro del doctorado. Personas usuarias y marca en busca de colaboraciones de mutuo beneficio y mediante las que ganar confianza. Paso a paso. Quizá haya que subir alguna corona y no acelerar tanto. Una de las palabras clave es confianza. Y necesita buenas experiencias. Y tiempo. La confianza es el resultado de un proceso.
Ya veis, primero dime en torno a qué quieres ponerte a innovar, para qué quieres hacerlo y con qué tipo de persona usuaria y luego te diré qué tipo de innovation toolkits podríamos utilizar.
Por cierto, nos tomamos un par de semanas de descanso para apretar en la redacción de la tesis. Volvemos el 9 de enero de 2018. Disfrutad de la bici estas Navidades y que os venga bonito 2018. Y ya sabéis, consumid con moderación 🙂