Sí, ya está aquí. En Orbea dicen que después de cruzar la línea de meta hay que seguir pedaleando. Hoy en día es muy habitual ver a los ciclistas continuar sobre el rodillo después de una etapa que teóricamente a un simple mortal lo hubiera dejado para el arrastre. Pues bien, ya tenemos la primera versión completa del documento. Esto quiere decir que ahora nos queda un mes para pulir el texto. Hay que repasar el abstract, la introducción, mejorar algunos gráficos e ilustraciones, actualizar el índice de temas y autores, afinar cuestiones de formato o rematar la página de agradecimientos. En definitiva, hay que seguir pedaleando.
Más o menos, como estaba previsto, me voy a las 150.000 palabras. Si fuera un libro, algo más de 500 páginas. Ya, no hay que medir al peso, pero la extensión le da a uno pie a pensar el esfuerzo que ha supuesto. Claro que hay muchas personas antes que yo que han pasado por lo mismo; así que no vamos aquí a presumir de nada. Al revés, quizá tiene mucho más mérito lo que toda esa chavalería que termina un grado es capaz de escribir como tesis doctoral. A fin de cuentas, uno es más carcamal y cuenta con algunos ases en la manga. Los que dan las canas, si no la alopecia.
El día 2 de marzo, día arriba o día abajo, quiero enviar la tesis con el visto bueno de mi director y de mi codirector. Por cierto, buen momento para agradecer a Cándido y a David sus aportaciones. Si todo va bien, después de que pase por la comisión de doctorado, la depositaré el 22 de marzo, antes de continuar pedaleando. Esta vez será por tierras extremeñas. Sí, más trabajo de campo sobre la Orbea Oiz: serán 1.200 kilómetros como premio para el señor mayor del fondo, el que a sus 50 años decidió que era buen momento para hacer el doctorado.
Voy a hacer un poco de spoiler sobre los próximos pasos. A finales de junio espero poder defender la tesis, pero lo divertido vendrá después. Porque desde ya me pongo también a trabajar en la publicación del libro. Tenemos la intención de hacerlo a finales de este año, con la inestimable colaboración de nuestra abuela favorita, aprendiza y editora suicida, Jaio la espía. Su editorial, A Fortiori, será la que utilizaremos para dar rienda suelta a otra manera de entender los contenidos de una tesis doctoral. Buscaremos un formato amable, con mucho soporte visual y mediante el que trasladar lo que hemos aprendido de los usuarios de la Oiz y sus locos cacharros. Con Jaio de por medio (y yo que me dejo) ya os podéis preparar para cualquier desvarío.
En fin, seguimos pedaleando, no hay duda. Y lo seguiremos haciendo. Os dejo con las cuatro últimas frases de la tesis doctoral. ¿Qué os parece? Ya sabéis el final. Vaya doctorando que os ha caído encima ?
Sí, la investigación continúa. No se detiene con la entrega de este documento ni con su defensa ante un tribunal. El sendero sigue ofreciendo aliciente. El pedaleo continúa.
«Todo camino recorrido requiere tantos pasos de ida como de vuelta» (Laura Restrepo)
No dejemos de pedalear mientras podamos
Hola, Juan. Ahí seguimos, en ruta circular 🙂
Un abrazo.
Un puerto más, otra etapa en la singladura, rodando suave suave… sumando kilómetros, experiencias, vida …
Ya ves, Venan. Somos unos liantes, que diría Txipi 🙂
Pues me va a gustar leerte en papel así de un tirón, porque aunque es lo que hago cuando se me acumulan tus post, en pantalla no es lo mismo… Y pensando en quien lo edita, va a ser un cañón. Genial!
Ojo, que es un verdadero tocho, yo aviso 🙂