Vamos con la segunda de las diez ideas para que el comercio minorista de bicicletas gane competitividad: construir comunidad en torno a tu tienda de bicicletas. Por supuesto, esto aplica a cualquier negocio, pero en este caso creo concreto creo que ofrece un mayor potencial. Quizá convenga distinguir entre comunidad y mercado antes de ir con el artículo.
El mercado lo conforman tus clientes y potenciales clientes. Entendidos como tales: son quienes pagan tus facturas; así que estableces con ellos una transacción económica: les entregas algo a cambio de su dinero. Puede parecerte una definición muy prosaica, pero conviene tenerla en cuenta. Por su parte, la comunidad excede de largo al mercado y, de alguna forma, no obstante, lo incluye. Pero la comunidad teje lazos entre sus miembros que van mucho más allá de la transacción económica. Ahí se entremezclan deseos, motivación intrínseca, aficiones personales y todo un complejo mundo que sabes que existe, pero con el cual es complicado «trabajar».
¿Por qué es tan importante la comunidad? Porque son los cimientos de tu competitividad. La comunidad que seas capaz de construir es la que te hará aguantar los malos tiempos. Claro que cuando pienses en comunidad hay que dejar, por un momento, el negocio a un lado. ¿Qué puedes aportar?, ¿existe ya esa comunidad?, ¿suele reunirse en algún lado, sea offline u online? Si no es así, ¿cómo podrías construir tu comunidad pensando en vuestra tienda y lo que ofrecéis como si fuera uno más de los miembros de esa comunidad?
Por supuesto, pensar en comunidad es ensanchar aquello a lo que te dedicas. Conviene dibujar un mapa amplio donde quizá el centro puede ser la bicicleta, pero en el que caben muchas diferentes actividades. Necesitamos algún tipo de conexión con la bicicleta, solo eso. A partir de ahí puedes elegir cuál sería el nodo en torno al que trabajar la comunidad. ¿Cómo te diferencias en el mundo de la bicicleta de otras tiendas? ¿Es la conexión local?, ¿algún tipo de motivo en particular?, ¿qué define tu tienda frente a otras? Piensa en matices y si a partir de ellos tiene sentido liderar una comunidad. Y ojo con la palabra liderar porque, claro, tu tienda quiere vender; la comunidad busca otro tipo de conexiones.
La comunidad exige una doble mirada: inclusiva, porque formas parte de algo que sobrepasa a tu oferta de productos y servicios; pero también exclusiva, por cuanto te diferencias en cierta manera de lo que ofrecen los demás. Es muy diferente, por cierto, liderar una comunidad alrededor de un producto o servicio comercial que formar parte de una comunidad mucho más amplio en la que, también pero no como motivo fundamental, se pueden recomendar productos y servicios.
Todo es más fácil si buscas aliados. ¿Podríamos listar un grupo de personas con las que constituir una especie de «núcleo duro» de la comunidad? Sería interesante que esas personas complementaran capacidades. Si nos juntamos y nos ponemos a repasar lo que cada cual aporta, convendría ver que son contribuciones diferentes. Por ejemplo: quizá es interesante que alguien (o más de una persona) se sienta cómoda en redes sociales. La comunidad tendrá que usar lo digital, como decíamos en el post anterior. Así que esa será una capacidad a buscar en quienes deban liderar la comunidad. Pero habrá más: es útil listar capacidades y ver hasta qué punto están cubiertas y por quién.
Necesitamos animar la comunidad mediante actividades de esas que decimos «experiencias» para verse las caras. En mi caso, por ejemplo, una comunidad que me gusta poner de ejemplo es Aprendices. No tiene nada que ver con la bicicleta. Pero es un buen ejemplo de un grupo de gente capaz de construir lazos (lo llamamos la sinergia macramental) y que se relaciona tanto online como offline. ¿Por qué lleva funcionando más de diez años? Quizá porque no se le exige demasiado y porque se ha conseguido química personal entre buena parte de quienes lo conforman. En el caso de tu comunidad quizá debas «apretar» algo más porque buscas un cimiento para tu negocio, pero lo que no debes olvidar es que es fundamental encontrar personas con las que nos sintamos a gusto compartiendo nuestra pasión por la bicicleta.
¿Qué actividades pueden generar esas experiencia inolvidables en quienes forman parte de tu comunidad? A veces no queda sino ir probando: talleres para tratar ciertos temas, pequeñas sesiones para aprender sobre mecánica o conducción de la bicicleta, salidas en bici por lugares bien elegidos, actividades dirigidas al público infantil, colaboraciones con clubs de la zona, implicación en la vida de barrio o de ciudad, vinculación con alguna causa solidaria, participación en algún reto compartido con la comunidad, concursos en redes sociales… En fin, ya ves que son muchas las posibilidades. Insisto, no olvides Internet porque por ahí (también) pasa buena parte de la conversación de las comunidades.
Así pues, ¿cómo vas a construir comunidad en torno a tu tienda? Ánimo 🙂