Supongo que el progreso trae estas cosas: las revistas en papel quedarán como objetos de museo. Tras la vitrina la ciudadanía podrá contemplar semejante reflejo de una época que desapareció. Sí, como acaba de desaparecer en papel Solo Bici, una de esas revistas que, quien más quien menos, ha comprado alguna vez si se decía aficionado a la bici de montaña. Se imponen nuevas lógicas de mercado y el papel pierde la batalla a manos de los medios digitales. Los cambios en los hábitos de consumo y la reducción de costes del átomo al byte conducen a una estación de destino obligatoria.
En el post en el que comunican la noticia se puede leer:
Es cierto que el papel nos ha permitido durante estas casi tres décadas compartir con todos vosotros experiencias increíbles. Transmitir información de calidad, opinión, valoraciones del mejor material, entrevistas con los protagonistas de nuestro deporte, etc. Pero no lo es menos que la información impresa está llegando inexorablemente a sus últimos días.
Como vosotros mismos podréis comprobar en vuestro día a día, esta no es una afirmación que hagamos de manera aventurada. Lo estamos viendo en prácticamente todos los medios de comunicación.
Ya veis: «la información impresa está llegando inexorablemente a sus últimos días«. Creo que todavía tengo por ahí algún que otro número en papel y sí, fui de esos que incluso, coleccionaba reportajes. En mi caso eran de rutas, cuando no había GPS de por medio y llevábamos los mapas en el manillar. ¡Qué tiempos! Cartografía en papel, fotocopias de la ruta y tira millas. A ver si había suerte y sabíamos interpretar los mapas sin equivocarnos. Aunque, claro, siempre por algún despiste aparecíamos donde no debíamos.
Ahora Solo Bici será un sitio web más, que competirá con otros medios nativos digitales. Tendrá que reinventar la forma en que ingresa dinero porque la publicidad online se rige por otras tarifas. Este tránsito obligado hacia lo digital es un disparo en la línea de flotación del modelo de negocio clásico de la revista de toda la vida. Pero es que el sector de la bicicleta en su globalidad –en fin, cualquier sector, para qué engañarnos– se ve afectado por la digitalización masiva. Son muchos los frentes que se abren: la venta online, la personalización de producto vía configuradores online, las comunidades de usuarios o la información compartida entre fabricantes y distribuidores. Podemos seguir, porque la lista es enorme.
Quizá que un buque insignia de las revistas en papel de MTB abandone el barco da también fe de que su influencia se ha reducido drásticamente. ¿Podemos fiarnos de las críticas que estos medios publican? ¿Cuánto hay de opinión profesional y cuánto de publireportaje encubierto? Claro que lo mismo podemos decir de los supuestos influencers que hacen el agosto en Internet. ¿De quién realmente nos podemos fiar hoy en día? Que cada cual mire a su alrededor y elija. (Casi) todo está contaminado.
En fin, han sido 28 años de imprimir una revista en papel. Hasta este pasado lunes, día 2 de diciembre de 2019. Fin de una era. Solo Bici no se imprimirá más. Larga vida al MTB, termine como termine.