Buyer persona, una simplificación que esconde la diversidad
En este mundo plagado de anglicismos (al que contribuimos, no vamos a esconder la mano) resulta que al público objetivo, al cliente potencial al que dirigimos el producto o servicio, se le denomina ahora buyer persona. En un ejercicio típico de empatía se trata de entender cómo se comporta, de dónde proviene, qué le motiva, qué necesidades insatisfechas puede tener o cualquier otro elemento que ayude a fijar una imagen a la que dirigir entonces los esfuerzos comerciales y de marketing. Si hablamos de consumidoras/es, lo que importa es dibujar un perfil cuanto más aproximado a la realidad. (más…)